Presentación de la lengua

euskera

El euskera es una lengua que hoy en día se habla preferentemente en la Comunidad Foral de Navarra, en la Comunidad Autónoma Vasca y en el País Vasco francés, y que en otro tiempo se habló incluso en Aquitania (Francia), Aragón, La Rioja y en parte de Burgos. Actualmente se puede escuchar también en muchos lugares del mundo a los que se ha extendido por causas de la emigración o del exilio.

Hablantes de euskera en el mundo

En la actualidad más de 750.000 personas hablan euskera y más de 50.000 lo están estudiando. En los lugares en los que el euskera se ha protegido y se ha oficializado, seis de cada diez jóvenes son vascoparlantes (este es el caso de la Comunidad Autónoma Vasca); en los lugares en los que el euskera se ha oficializado parcialmente (como es el caso de la Comunidad Foral de Navarra) son cuatro de cada diez jóvenes de entre 15 y 29 años los que son vascoparlantes; la proporción cae críticamente hasta tan solo uno de cada diez en los lugares en los que el euskera no tiene ningún tipo de oficialidad (situación del País Vasco francés), lo que demuestra la importancia de conceder a una lengua un estatus oficial que le permita desarrollarse de manera plena.

La salud del euskera

El euskera tiene una larga tradición histórica y se considera la lengua europea viva más antigua que se conoce. Mientras que las demás lenguas prerromanas vecinas sucumbieron con la llegada del latín, el euskera se ha mantenido siempre vivo hasta nuestros días superando todas las dificultades. Con todo, lo cierto es que la salud de la lengua vasca hoy en día no es buena y es una de las tres mil lenguas que según la UNESCO se hallan en riesgo de desaparecer si no recibe el apoyo institucional necesario para su conservación.

Teorías sobre su origen

Por lo que se refiere a su historia, nadie sabe a ciencia cierta cuál es el origen del euskera, de dónde vino (si vino de algún lugar), ni cuándo lo hizo (si llegó en algún momento), ni cuáles fueron sus parientes lingüísticos más cercanos. Quizá, sencillamente, siempre haya estado ahí, entendiendo que en la historia del ser humano “siempre” es un término relativo, y que todos provenimos de un mismo tronco común y de una misma historia que empezó hace miles de años en algún remoto lugar de África.

Durante un tiempo la llamada teoría del vasco-iberismo defendió que el euskera era la lengua que se había hablado en toda la Península Ibérica antes de la llegada de los romanos, pero hoy en día sabemos que el ibérico y el euskera son lenguas diferentes ya que podemos leer los textos escritos en ibérico, pero no lo entendemos de ninguna manera, ni siquiera a través del euskera.

Del mismo modo, durante otro tiempo se propuso por parte de algunos estudiosos la teoría vasco-caucásica que defendía que el euskera podía proceder del Cáucaso, aunque también se ha demostrado que las lenguas caucásicas y el euskera no están emparentadas.

Así pues, han existido (y todavía existen) teorías que defienden que otros pueblos y otras lenguas habitaron nuestro espacio antes incluso que la propia lengua vasca, pero o bien se han desechado dichas teorías por haberse demostrado equivocadas, o bien por no haberse sustentado en pruebas suficientes y concluyentes, de manera que el origen de la lengua vasca sigue siendo un misterio. Algunos estudios recientes, sin embargo, intentan dar luz a esta polémica y hablan de un aislamiento prolongado del pueblo vasco durante siglos, que descartaría que el origen de los vascos esté fuera de la península ibérica.

Contacto con otras lenguas

Con todo, es evidente que la lengua vasca con mayor o menor grado de aislamiento debió necesariamente tener relación con las lenguas vecinas. Así, por ejemplo, el euskera, que dominaba por el norte la cuenca del Adur en Francia y gran parte de las tierras de Aquitania situadas al oeste del río Garona, limitaba por oriente, al otro lado de dicho río, con la lengua celta en Toulouse. En el sur, esta lengua celta también dejaba su impronta en la toponimia, y así se acepta que topónimos como Nervión (Bizkaia), Deba (Gipuzkoa) o Ultzama (Navarra) son de origen celta, lo que prueba la importancia que esta civilización tuvo en nuestra tierra.

Por otra parte, la relación con el ibérico también tuvo que ser muy estrecha, ya que comparte con esta lengua un vocalismo fonético común de cinco vocales y algunas características tipológicas (como su carácter silábico) comunes. Curiosamente, la mayoría de las lenguas que han surgido en el espacio de influencia vascona tienen la característica común de poseer cinco vocales (el gascón tiene alguna más), al igual que el euskera, y al igual que el ibérico, pero diferente al desarrollo que han tenido otras lenguas como el gallego o el catalán que no se han visto influidas por el sustrato vasco.

Relación con las lenguas de cultura

Con todo, llama la atención de los estudiosos la invisibilidad del euskera, el hecho de que se sometiera constantemente a la lengua de cultura del momento (celta, ibérico, latín, romance), conviviera con ella, pero no dejara apenas constancia escrita de su existencia.

Esta realidad se hace más palpable con la llegada del latín, ya que, exceptuando las inscripciones vasco-aquitanas aparecidas cerca de las fuentes del Garona en Francia, las encontradas en Navarra (es de resaltar la estela de Lerga) y algunas encontrados en otros contados lugares, no disponemos de suficientes testimonios escritos en euskera en aquellas épocas. Por el contrario, la cantidad de restos escritos en latín es abrumadora. La propia lengua vasca se tuvo que acomodar a esta nueva situación y fue capaz, en época romana, de convivir con el latín y tomar muchos préstamos lingüísticos de esta lengua, algo que le sirvió a la larga para no desaparecer y adaptarse a la modernidad y a las nuevas necesidades que ese nuevo tiempo exigía.

El euskera en Aquitania

Sea como fuere, lo cierto es que estas pocas inscripciones vasco-aquitanas nos están mostrando que la lengua vasca se habló al sur del río Garona en Francia en la zona llamada Aquitania y que también se hablaba ya en la Navarra de aquella época, en el lugar que los geógrafos llamaron montes y campos de los vascones. Los vascones eran el pueblo que según el geógrafo Ptolomeohabitaba la zona actual de Navarra, Jaca (Huesca) y Alagón (Zaragoza). Este mismo geógrafo cita también varios pueblos o tribus vecinas de los vascones y que tradicionalmente se entiende que eran de lengua vasca. Estos pueblos prerromanos llamados várdulos, caristios y autrigones, vivían en las actuales provincias de Gipuzkoa, Bizkaia y Álava.

Koldo Mitxelena y Joan Coromines

El investigador de la lengua vasca Koldo Mitxelena consideraba que el euskera fue en otros tiempos una lengua eminentemente pirenaica. Del mismo modo, el investigador catalán Joan Coromines señalaba que el euskera podría haberse mantenido en el valle de Arán y en el Pallars de Lérida hasta bien entrada la Edad Media, gracias a bolsas de hablantes probablemente bilingües que se habrían mantenido disgregados en estas zonas del alto Pirineo.

Las lenguas romances y el euskera

Con la llegada del latín muchos de los lugares en los que antiguamente se hablaba euskera comenzaron a hablar en la nueva lengua romance; así ocurrió en el norte del Pirineo en donde con el paso del tiempo, los aquitanos acabaron perdiendo el euskera en favor del romance gascón, con fuerte sustrato vasco. Esta nueva lengua romance alcanzará gran importancia y se llegará a hablar hoy en día desde Burdeos hasta el Valle de Arán, siguiendo el cauce del río Garona. El gascón es hoy en día considerado parte del occitano o lengua d’Oc, la lengua en la que los trovadores crearon las primeras manifestaciones literarias en lengua romance como, por ejemplo, La canción de Roland, en la que se cuenta la gesta de Roncesvalles.

Situación al sur de los Pirineos

Por lo que respecta al sur de los Pirineos, se acepta que en un tiempo el territorio de los vascones llegaba hasta los límites de la actual Zaragoza (Alagón era un enclave vascón de gran importancia), por el este se extendía por las tierras de la Jacetania, cuya capital era y es Jaca. Del mismo modo, es comúnmente aceptado que la lengua vasca no fue solo privativa de los vascones, sino que también fue propia de otros pueblos al norte, este y oeste de sus fronteras. No obstante, habiendo sido en época prerromana una lengua preferentemente pirenaica, con el tiempo fue refugiándose cada vez más hacia las orillas del mar Cantábrico debido al empuje de las nuevas lenguas pirenaicas (navarroaragonés y gascón) que estaban naciendo en el antiguo solar del euskera. Este mismo proceso se repitió en la zona occidental, dando lugar al castellano.

Expansión del euskera

Sin embargo, no todo fue retroceso, el euskera también llegó a conocer épocas de expansión y florecimiento en la Edad Media; así, en la zona de Burgos llamada La Bureba, o en la zona de La Rioja llamada Ojacastro el euskera gozó de una vitalidad envidiable. Incluso hoy en día podemos encontrar topónimos vascos cerca de Ojacastro como el que da nombre a la estación de esquí de Valdezcaray (que viene a significar “valle de la alta peña”).

Las Glosas Emilianenses (ss. X-XI)

Además, hay pruebas de que en el monasterio de San Millán de la Cogolla (La Rioja) había monjes que dominaban la lengua vasca, ya que en el citado monasterio se han encontrado unas glosas escritas en romance navarroaragonés y en euskera que suponen el primer testimonio escrito de la lengua vasca. Estos escritos son conocidos como las Glosas Emilianenses y dicen así: jzioqui dugu y guec ajutuezdugu. La traducción de estas glosas está en permanente discusión, aunque podemos convenir que pueden significar, respectivamente: “lo hemos encendido” y “nosotros no tenemos ayuda”.

Noticia sobre el euskera en Huesca

Así pues, hubo tiempo de expansión y de prosperidad, pero lo más común, también en esa misma Edad Media, sería conocer la realidad del retroceso e, incluso, la proscripción de su uso. Así, el euskera fue prohibido en Huesca en 1349. Las Ordenanzas Municipales de la ciudad prohibieron el uso de este idioma junto con el árabe y el hebreo en las transacciones económicas que se realizaban en el mercado. A quienes no respetaran esta norma les imponía 30 sueldos cómo multa. Esto prueba, por un lado, la vitalidad que tenía la lengua vasca en aquel tiempo en Huesca (ya que significa que el euskera estaba vivo en aquel mercado y los comerciantes que lo abastecían conocían esta lengua), prueba también que no gozaba de ningún tipo de protección institucional, al revés, era prohibida por las autoridades. Las razones que llevaron a esa prohibición se basaban en que, si se comerciaba, vendía o compraba haciendo uso de ella, alguno podría hacerles trampas en el proceso comercial a quienes la desconocían. Por la misma regla de tres, deberíamos prohibir en la actualidad el uso del inglés en los mercados. Hoy, a nadie se le ocurriría.

Influencia árabe en la Lingua navarrorum

Con todo, el euskera resistió en otros lugares, conviviendo y compartiendo prohibiciones con judíos y árabes. En concreto de esta última lengua el euskera ha conservado varios préstamos como albaitaria ‘veterinario’, alkandora ‘camisa’, azoka (‘zoco, mercado’), etc. Pero esta situación de contacto lingüístico constante con las lenguas de su entorno, en lugar de hacerla desaparecer, la ha hecho más fuerte, y así, el contacto con los romances aragonés y gascón en los inicios, y castellano y francés más adelante, fue fortaleciendo y dando visibilidad a esta lengua que en un documento del año 1167, siendo Rey de Navarra Sancho VI El Sabio, llamaron de manera oficial Lingua navarrorum, es decir, ‘la lengua de los navarros’. Habrá que esperar algún siglo más, hasta que, en el año 1545, un cura navarro llamado Bernard Dechepare publique el primer libro escrito en euskera, titulado: Linguae Vasconum Primitiae ‘Primicia en lengua de los vascos´. Pero la historia de la Lengua Vasca había, por fin, comenzado.

Un santo navarro euskaldún

En este mismo siglo XVI, destaca la figura de un hombre imprescindible para entender la historia de Navarra y la propia historia de la cristiandad, nos referimos al navarro San Francisco Javier que difundió el euskera por toda la costa de Asia. En sus escritos habla de las dificultades para evangelizar a los habitantes de la India ya que “no me entendiesen ni yo a ellos, por su lengua ser natural malabar y la mía vizcaína.”

La Real Academia de la Lengua Vasca - Euskaltzaindia

Pero no hablemos tanto del pasado, porque corremos el riesgo de olvidarnos del presente y del futuro de nuestra lengua. La situación del euskera en la actualidad es esperanzadora. Es una lengua que secularmente no ha sido escrita, no tenía una norma escrita común y su diferenciación en dialectos tan pronunciada, solo igualada en Europa por Eslovenia, le situaba en una posición de gran riqueza lingüística, pero de gran debilidad para encarar el futuro. Hoy en día, el euskera tiene su Real Academia de la Lengua – Euskaltzaindia, que vela por la salud del euskera. Ha creado una norma unificada de escritura y ha facilitado de esta manera la entrada del euskera en escuelas y universidades, así como en la televisión, el cine, las series y en las redes sociales. Se ha despertado entre los estudiosos el deseo de aprender esta lengua tan antigua y moderna a la vez y, según dicen, no es difícil aprenderla, porque, además, muchas palabras que usamos en castellano provienen de esta lengua.

Interés mundial por el aprendizaje y el estudio del euskera

Más de 15.000 personas estudian hoy en día euskera en América. En Francia y España, sin contar las más de 5.000 que lo hacen en la Comunidad Foral de Navarra, el País Vasco francés y la Comunidad Autónoma Vasca. Así, las universidades más prestigiosas del mundo ofrecen enseñanzas en euskera.

La pionera en Francia fue la Universidad de Burdeos (con estudios vascos desde 1948, a la que posteriormente se ha unido la Sorbonne IV de París), y en EEUU, el campus de Reno de la Universidad de Nevada, a partir de 1967 (posteriormente se uniría a ella la Boise State University y más recientemente la University of Illinois at Urbana-Champaign y UCLA, University of California, Los Angeles). Le siguieron Berlín, Frankfurt (Universidad Johann Wolfgang Goethe-Universität, que también cuenta con una biblioteca sobre temas relacionados con el euskera), Valencia y Helsinki, a las que se sumaron más y más universidades, como Finlandia (Universidad de Helsinki), Irlanda (Universidad de Dublín), Japón (Universidad de Tokio), Armenia (Universidad de Erevan), Polonia (Universidad de Varsovia), Italia (Roma, Universidad UPTER), República Checa (Brno, Universidad Masaryk), Cuba (Universidad de La Habana), Escocia (University of Edinburgh), Inglaterra (Universidad de Birmingham), Chile (Universidad de Chile, Universidad de Valparaíso, Pontificia Universidad Católica de Chile, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso), México (Ciudad de México, la UNAM, Universidad Iberoamericana de Puebla, Tecnológico de Monterrey, Universidad Iberoamericana de México), Uruguay (Universidad de la República), Rusia (Universidad de Moscú), Argentina (Villa María, Universidad de Bahía Blanca y Universidad de La Plata).

Y sin ir tan lejos, aquí mismo podemos aprender euskera en nuestras universidades: Valencia (Universitat de València), Madrid (Universidad Complutense), UNED (Universidad de Educación a Distancia). Además, por supuesto, en las universidades públicas y privadas de Navarra, Comunidad Autónoma Vasca y del ámbito vasco francés (Baiona, y sus centros asociados de Pau y Burdeos).

Por último, no hay que olvidar que en las Universidades de Salamanca y Barcelona también se puede estudiar euskera; precisamente la Universitat de Barcelona con 627 alumnos, ha sido junto con los centros de Boise (1661 alumnos y alumnas) y la UNAM de México (505 estudiantes), uno de los centros enclavados fuera de la actual Vasconia por los que más alumnado ha pasado. Organismos oficiales como el Instituto Cervantes también imparten clases de euskera en varias sedes internacionales.

Respeto y diversidad: vamos a conocernos mejor

Muchas veces no nos damos cuenta de la importancia de la lengua que hablamos. Desde que nacemos empezamos a aprender a hablar y cuando lo hacemos, sin ser muy conscientes de ello, comenzamos a ver el mundo a través de esa lengua, y lo hacemos de una manera determinada, a veces, muy distinta del modo en el que lo hacen los hablantes de otras lenguas. Necesitamos desarrollar nuestra vida de manera plena y la lengua que hablamos es parte de nuestra identidad. La lengua une a los hablantes de una misma comunidad lingüística y enriquece a los de las demás, aportándoles matices, variedad de puntos de vista y diversidad lingüística.

En un mundo en el que se valora el respeto y la solidaridad intercultural, es más necesario, si cabe, manifestar también el respeto por las lenguas de esas culturas y esos pueblos. Un indicador muy importante de ese respeto mutuo, de esa empatía, es el que tiene como objeto el respeto a la lengua del otro. Es difícil amar lo que no se conoce, es cierto, pero ocurre demasiadas veces que se rechaza de antemano algo que no conocemos y que suponemos que no nos interesa, que no es nuestro. Conocer y cultivar tanto nuestra lengua propia como las de aquellos con los que convivimos es una manera de acercarnos a ellas y evitar los prejuicios que acarrea el desconocimiento.

Conocer a nuestros vecinos, sus formas de pensar, sus intereses, sus costumbres, sus canciones, sus danzas, su personalidad, aumenta nuestro tesoro cultural; conocer sus lenguas nos enriquece gracias a los valores que aportan cada una de ellas a los de las nuestras. Respeto y diversidad. Sería importante abrir la puerta a la enseñanza de las lenguas del estado en cualquier lugar de este. Ya son muchos los estudiantes extranjeros que estudian íntegramente en euskera y valoran positivamente el beneficio que les aporta esta lengua como medio integración social. Son muchos los famosos que utilizan el euskera: cocineros como Karlos Arguiñano, capitanes de equipos y entrenadores de fútbol, actrices y actores, presentadores y presentadoras de televisión, Youtubers, Streamers como Ibai Llanos que usan lo poco o mucho que saben en sus programas, series de televisión y de dibujos animados, Animes, Doraemon, Dragón Bola, Tik tokers, cantantes consagradas como Madonna… El euskera, en fin, es una lengua viva, actual, moderna y una de las 50 más usadas en Internet, Twitter, Wikipedia, etc. Tiene, por tanto, una gran vitalidad cultural, pero sigue estando en situación de debilidad y sigue necesitando un mayor apoyo institucional para que no desaparezca.

Los discursos en favor de las lenguas, en verdad, son dignos de agradecer porque allanan el camino hacia una sociedad más libre, más respetuosa, tolerante y libre. También soplan vientos de futuro para nuestras lenguas y tierras en estos tiempos.

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